Hay quienes creen que lo del Amazonas es algo que les ocurre solo a varios países hermanos. Sobre todo a Brasil. Pero es algo que nos ocurre a todos. Algunos ya hablan de que el año que viene, como consecuencia de la pérdida de humedad del Amazonas causada por los incendios, las lluvias que traen los vientos desde Brasil, serán inferiores, lo que de ser así, afectaría nuestros rindes agrícolas.
Pero más allá de ello, el Amazonas es uno de los pulmones del planeta. En nuestra mente está la idea de que el oxígeno es algo que siempre estuvo allí, y que siempre estará. Pero no es así. Al oxígeno lo produce la naturaleza, claro, siempre y cuando nosotros no se lo impidamos. Y las plantas, incluso las marinas (fitoplancton, plancton, algas..) producen la mayor parte.
Pues bien, uno de los mayores productores del oxígeno que está en la atmósfera, y que luego consumimos, es el Amazonas. Si no nos preocupa que se resienta el nivel de oxígeno en la atmósfera, no tenemos por qué preocuparnos por el hecho de que se esté incendiando, o, mejor dicho, de que lo estén incendiando.
Está en llamas una de las principales fábricas de oxígeno del planeta. Y esto, además, ayuda al calentamiento global. Esto ultimo ocurre porque las plantas producen oxígeno consumiendo dióxido de carbono. El dióxido de carbono, aumenta el efecto invernadero. Si las plantas disminuyen, la captura del dióxido de carbono será inferior, y el sobrante se irá a la atmósfera y aumenta el efecto invernadero. Si no nos preocupa lo que puede ocurrir con el calentamiento global, no tenemos por qué preocuparnos por lo del Amazonas.
Por supuesto, si ni el oxígeno ni calentamiento global nos importan, tampoco tenemos por que preocuparnos por lo que hacen los que habiéndose formado en la cultura del lucro, estén en los gobiernos.
Aclaramos: No está mal que se formen en esa cultura. Que cada uno se forme en la que se le cante. Lo que nos parece mal, es que las sociedades sean indiferentes ante lo que hacen los gobiernos en materia de medio ambiente. Y no solo nos referimos a lo que pasa en Brasil, sino también aquí. Varias cosas hemos escrito sobre glaciares, minería y bosques. Hay que estar atentos a esto.
Siempre algo se puede hacer. Participar en las organizaciones partidarias que se dedican al tema, y si no las hay, crearlas; participar en las ONG que militan la cuestión del medio ambiente; hacer declaraciones por los medios locales o a través de las redes. Estas últimas son vehículos que, bien usados, pueden convertirse en fuertes demandas de cambio. Hay muchas maneras de hacer algo. Lo peor es la indiferencia. Y ya lo sabemos, es un arma de destruccion masiva.
La Causa, agosto 26 de 2019