¿Se le puede llamar así a lo dispuesto en materia tributaria en la ley de emergencia? Seguro que los economistas llamados libertarios que recorren los medios, lo harían. Pero ni la Sociedad Rural Argentina se animaría a tanto. Este tipo de adjetivaciones están siempre en boca de los neoliberales, quienes sin considerar contexto ni circunstancia alguna que pueda aconsejar lo contrario, sostienen que lo mejor que deben hacer los gobiernos con los impuestos, es sacarlos. Pero sin duda esas adjetivaciones no son muy radicales que digamos. Pero vayamos al grano. Veamos a qué le llaman impuestazo. En esta nota, nos ucupamos de las relacionadas a las retenciones.
Macri, según sus propias palabras obligado por las circunstancias, a mediados del 2018, repuso las retenciones. Nadie habló entonces de impuestazo. Veamos: al 18% que pagaba la soja por entonces, Macri le agregó 12 puntos porcentuales más. Pero era un aumneto fijo. No podía superar los 4 pesos. De hecho, como en ese momento el dólar estaba a unos 36 pesos, el aumento representaba a más o menos el 12% por cada dólar exportado.
Así es como en septiembre del 2018 por ejemplo, las retenciones a la soja estaban a 29% de su valor de exportación. Pues bien, lo que ocurre es que el dólar a Macri se le escapó. Así fue que en octubre del 2019, también durante el gobierno de Macri, sin que se hubiera tomado decision alguna, las retenciones bajaron al 25%. Si el dólar hubiera permanecido igual que en septiembre del 2018, la soja hubiera seguido pagando el 29% de su valor de exportación. Incluso hoy. Pero el dólar se escapó. Y se hecho, lo que se hizo ahora, es actualizar conforme al aumento del dólar, lo que eran los 4 pesos del 2019. Eso es lo que representa la actual retención.
Pero esta actualización no se produce en virtud de la ley de emergencia. Lo que en rigor hace esta ley, es pedirle al Congreso que autorice al ejecutivo a que en el caso de ser necesario, pueda aumentar tres puntos más las retenciones que se aplican hoy.
Ahora bien, en una circunstancia cómo esta, con las cuentas públicas haciendo agua por todos lados, y sin dólares para enfrentar grandes vencimientos de deuda inmediatos, (hasta Macri debió poner el Cepo), ¿puede considerarse esto algo tan desmesurado? Tengamos en cuenta también que los ingresos de los exportadores de granos, han aumentado en la misma proporción que el aumento del dólar.
Es cierto que al sector rural y a los exportadores, se les pide que hagan un esfuerzo mayor que el que hicieron hasta ahora. Pero también es cierto que el sector de los jubilados perdió estos años en promedio un 20% de sus ingresos. Lo mismo el sector de los trabajadores. No hemos visto que se halla encontrado una palabra equivalente a “impuestazo”, para referirse a esta pérdida. Ni que esos radicales le hayan reprochado nada al PRO por esta pérdida.
Por otra parte, estas retenciones a las exportaciones agropecuarias se han segmentado, y los pequeños y medianos productores, recibirán compensaciones en función de la cantidad de toneladas que produzcan.
Claro, si no queremos disgustar a nadie, digamos lo que cada uno quiere escuchar. Defendamos los reclamos de todos, aunque resulten contradictorios entre sí. Quedemos bien con todos. No importa que los problemas se agraven. Lo que importa es quedar bien. Y eso por razones electorales. Así nos va.
Por último, está posición no es ideológica, es ética. Siempre creeremos que es justo y necesario que el esfuerzo lo hagan los que mejor están. Claro que no es agradable. Pero tampoco lo es la pobreza o la indigencia. Y además estamos seguros de que quienes mejor están, también piensan así. Solo que reclaman ejemplaridad. Veremos que si está se garantiza, también habrá mayor solidaridad. Y este es un deber de toda la política.
En otra nota escribiremos sobre el “impuestazo” al dólar.
La Causa, diciembre 23 de 2019.