En las últimas horas hemos visto como diferentes referentes de la oposición se manifestaban indignados por la publicación en la tapa de un matutino de la foto de Soledad Acuña con uniforme escolar junto al nazi Erich Priebke, dado que este era un importante directivo de la escuela de Bariloche donde estudió la actual ministra.
Aunque la nota en ningún momento dice que Acuña profese ideas nazis, es cierto que se puede interpretar la tapa como una exageración de la realidad, y en ese caso sentirse atacada injustamente.
Pero lo que nos llama la atención en La Causa es que esos mismos dirigentes, muchos de ellos radicales, nada hayan dicho sobre los dichos de Acuña al referirse a quienes estudian la carrera docente que motivaron la citada tapa.
Recordemos algunos de ellos: que eran mayores porque intentaron varias carreras antes y fracasaron, que provienen en su mayoría de un nivel social bajo por lo que no aportan capital cultural, y además trabajan, por lo que se retrasan en terminar la carrera, son de izquierda y adoctrinan a los alumnos, y, por eso pedía a los padres que los denuncien.
Cosas horribles se han naturalizando, es la única explicación para que Acuña continúe en el cargo luego de verter esas declaraciones bochornosas.
Somos conscientes que hoy la imagen influye más en el imaginario social que el debate de ideas, pero que dirigentes radicales se dejen arrastrar por esa lógica y reaccionen por una foto, cuestión secundaria en el asunto y no por la cuestión principal, que es el mensaje de la ministra, nos lleva a pensar o que están de acuerdo con sus dichos, o que ya no les interesa representar ideas, con lo que estarían negando la política.
La Causa, noviembre 23, 2020
Soledad Acuña, Ministra de Educación de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires