El documento que firmaron una serie de dirigentes de la UCR muy relacionados con la consolidación de Cambiemos, en síntesis, puede leerse como “fuimos acompañantes de segunda de un proyecto neoliberal, ahora queremos ser socios”. No está de más recordar que algunos de los firmantes, que ahora hablan muy orondos de radicalismo, no tuvieron empacho en ir por fuera del partido y enfrentarlo en sus distritos.
Nos resultan muy hipócritas cuando hablan de progresismo socialdemócrata cuando en realidad están consolidando un frente de derecha, que invita a integrase a Biondini a Bussi o a los libertarios argentinos, y por lo tanto son hipócritas cuando se referencian en Raúl Alfonsín, quién contrariamente a su accionar, pregonó hasta el cansancio que la derecha era un límite infranqueable.
Los firmantes del documento afirmaban que “el PRO” nos va a tener en cuenta” luego de la humillante derrota en las PASO del 2015. Sin embargo, Macri fiel a su proyecto político, delegó la gestión en CEOS de grandes empresas mientras los firmantes sólo aplaudían.
Y mientras aplaudían se aplicaban las políticas más alejadas a nuestro marco de principios e ideas, y luego marcharon en defensa de empresarios que dejaron el tendal de pequeños productores, olvidando que somos la causa de los desposeídos, por eso no es raro que hoy el partido sea una minúscula pieza orbitando alrededor de la derecha argentina.
En fin, mucho hay que decir de esta gente que hoy nos habla de radicalismo sin la más mínima autocrítica, son en definitiva quienes a la derechización la llaman “partido moderno”, al repliegue de bandera lo llamaron “responsabilidad democrática” y a la muerte del radicalismo la llamarán “Juntos por el Cambio”.
La Causa, febrero 8, 2021