Política

LA UCR ESTÁ EN JxC ¿ESTÁ EL RADICALISMO?

Tras el gobierno de Cambiemos el país había multiplicado su deuda externa, cerraron sus puertas más de 20 mil PyMes y el poder de compra del salario real cayó 20% ¿Fue esto causa de una guerra o una pandemia? No, fue el resultado de la aplicación de políticas neoliberales, que obtuvieron parecidos resultados que otras experiencias similares.

Con el monetarismo como mecanismo de ajuste para bajar la inflación, se redujo la emisión, se aumentaron tarifas (a tasas del 1000%) y se contrajeron los salarios y jubilaciones (la inflación bien, gracias). Se auspiciaba la llegada de millones de dólares como “inversión” financiera como medida de confianza para atraer inversiones productivas (bien, gracias). Esos dólares se cambiaban a pesos en cuentas corrientes o en letras. A fines de 2017, algunos de estos especuladores veían que el país sufría un creciente déficit en su balanza comercial y se quedaba sin dólares, con lo que comprendieron que sus acreencias iban a ser impagables y comenzaron a recomprar dólares, sin problemas ya se quitó la exigencia de dejarlos en el país por un determinado tiempo para evitar la bicicleta financiera. Para abril ya era una corrida, el país entró en default técnico y ahí apareció el mayor crédito dado a país alguno por le FMI, que nos endeudó por décadas sólo para pagar a timberos financieros. Mientras tanto, se abrían las importaciones como mecanismo de regulación de precios y se cortaba el crédito a la producción con lo que miles de empresas no pudieron resistir.

No es magia, es el neoliberalismo que cree que desregulando la economía y haciendo desaparecer la intervención del Estado todo va a ir mejor.

Como esta corriente de pensamiento es más que una teoría económica, se intentaron o se realizaron barbaridades institucionales como el nombramiento de jueces de la corte por decreto o los encuentros del entonces presidente con jueces de la Cámara de Casación, y, por si fuera poco, se intervino en el golpe de Estado en Bolivia apoyando a los golpistas con armas argentinas.

Este relato podría ser eterno, pero aquí nos detenemos, para preguntarnos, como tantas veces lo hicimos desde La Causa, ¿Qué tiene que ver esto con el radicalismo? Si entendemos al radicalismo no como un sello electoral, sino como un conjunto de ideas y valores, una ética política, que se expresa en la revolución del 90 contra el régimen conservador, pasando por los gobiernos de Yrigoyen, la declaración de Avellaneda, el gobierno de Illia, la creación del Movimiento de Renovación y Cambio y finalmente el gobierno de Alfonsín, pues nada tiene que ver. Estos hechos y dichos, ponen al radicalismo frente a las distintas formas de la derecha a lo largo de tiempo, ¿Por qué? Porque representamos intereses distintos.

Aquello de “es difícil ser radical” no fue dicho como ahora se banaliza por lo difícil que es ser honesto y republicano, lo difícil es enfrentar los grupos de poder que se manifiestan a través de la presión económica o la mediática. Lo difícil entonces, es enfrentar a esos intereses para representar los intereses de las mayorías: los trabajadores, los jubilados, los pequeños y medianos productores con todos los instrumentos que da el estado democrático. Si no se está de este lado de la histórica y por lo tanto inevitable confrontación de intereses, entonces no es radicalismo.

Conocemos a muchos amigos que siguen creyendo desde su honestidad intelectual que hay que seguir en Cambiemos hasta transformarlo en una fuerza socialdemócrata. Es en vano, Cambiemos o Juntos por el Cambio es una fuerza de derecha y no cambiará porque perdería su razón de ser en materia de representación. Sólo su manifiesta preocupación porque la ultraderecha le saque votos, demuestra el arco ideológico donde está parado.

A pesar de las supuestamente exitosas luchas internas, quienes manejan al partido y son hoy sus candidatos, son voceros, “desde el alfonsinismo”, de ideas neoliberales. En Córdoba y Santa Fe se enfrentan listas de la UCR y el PRO contra otras de la UCR y el PRO, ¿Qué más se necesita para entender que para esos dirigentes ya son lo mismo?

Queda para otra nota el rol jugado por el partido como oposición en la nación y oficialismo en la CABA. Sólo recuerden el rechazo al impuesto a las grandes fortunas y el apoyo a la ley para realizar un fabuloso negocio inmobiliario en la costanera sur.

Para no hacerla más larga y seguirla otro día, la respuesta a la pregunta del título es NO. No hay radicalismo en Juntos ni lo puede haber, porque es una contradicción en términos históricos. Hasta que el partido no salga de esta coalición la cosas no cambiarán.

¿Sigue existiendo el radicalismo? Por supuesto que sí, porque la puja por la distribución de la riqueza es inevitable y por lo tanto sigue existiendo una mayoría del pueblo que necesita ser representada por esa ética política que desde La Causa seguimos abrazando.

La Causa, agosto 22, 2021


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